Se acabó el tiempo de la visión y comenzó el de la operación. A partir de aquí será importante que el emprendedor esté completamente seguro de que la empresa que desarrollará no solamente tiene perspectivas de negocio, sino que también le gusta. Por ejemplo, si decide poner un negocio de souvenirs, por pequeño que sea, porque le gusta elaborar objetos y artesanías, no solamente tendrá esta tarea cuasi artística. También tendrá que:
• lidiar con trabajadores y proveedores.
• verificar aspectos de higiene.
• procesar los pagos con tarjetas de crédito.
• escuchar y atender a los clientes difíciles.
• hacer frente a imprevistas actividades y problemas.
El desarrollo empresarial será el que rija las actividades del emprendedor durante muchos años; comprender esto es necesario, así no habrá desvío de tiempo ni de metas, hacia el objetivo al que se pretende llegar.
martes, 15 de diciembre de 2009
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